‘Espontáneo y dicharachero, Carlos contagia con su carcajada fácil a compañeros y clientes
que visitan su restaurante. En septiembre de 2017, el cocinero dejó aparcado su food truck para plantar ‘Raíces’, su proyecto más serio y personal. Y lo ha hecho en su tierra natal, Talavera de la Reina, frente al río Tajo. “No podía ser en otro sitio”, dice Carlos. Lleva ya un tiempo rodando, y la cabeza del chef es todo un hervidero de ideas convertidas en atrevidas mezclas.’
Solo han pasado unos años desde que Carlos ganara la tercera edición de Masterchef. Desde entonces, su vida ha dado un giro de 360 grados. Su curiosidad por la gastronomía le entró el año que comenzó a trabajar de vigilante nocturno. “Fue por casualidad. Me planteé aprovechar el día estudiando un curso de cocina. Iba a clases siempre de empalmada, cuando salía de trabajar, y lo aprobé todo”, dice orgulloso.
“Luego fue mi madre la que lió todo apuntándome al concurso sin que yo lo supiera. Cuando me quise dar cuenta estaba dentro, y no solo eso, sino que gané el concurso”, dice aún sin evitar mostrar su sorpresa. “La televisión me dio alas para ser cocinero, pero no me enseñó a moverlas”, asegura. “Ahora es cuando estoy formándome día a día entre los fogones”. (Guía Repsol)